lector de fragmentos

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martes, 24 de mayo de 2011

Insignes Poemas

Insignes poemas
Por
Jorge Álvarez T.


Siempre hacia el Oeste.

Tengo en cuenta estas circunstancias
que cambiaron mí día.
Aunque todos los días son diferentes
pocas veces ocurre que te asombres.
No fue nada que escapara a lo habitual,
pero ahora que estoy en ello
es una fórmula que me deja más consciente
y Escorpión avanza desde Oriente.




Crepuscular

En este instante soy feliz.
Ya de regreso de estas acciones,
tomando conciencia de la simultaneidad
de estos días, más cortos o más largos
en la innumerable noche de este tiempo.
He pronunciado las mismas palabras, reiterado
estos hechos para estar aquí y ahí
sin preámbulo, también en los márgenes,
siempre acercando o alejando esto;
un acontecimiento sin dilema en orden
a estar presente en todo lo que es
un acto: respirar, abrir los ojos, caminar
sobre un sendero sinuoso, crepuscular.



Belleza Sideral.

Escuché en mi interior y fui la voz.
Viento cálido sobre mi rostro y dije.
Inmerso en este cosmos sin lugar a dudas
la vida todo lo contiene y gravitamos
enumerando distintas direcciones,
lugares que habitamos o simples refugios.
Estaciones que nos reiteran un ritmo.
Lo que pasa aquí es una luz como Sol,
hasta donde nuestro brillo y otros soles.
Estas huellas quedan este invierno,
la belleza sideral aquí en mi interior.




Signos quietos.

Si enciendes la luz, todo se apaga alrededor.
Alrededor no existe y apago toda lumbre.
Se despiertan todos mis sentidos.
Esta no es la ciudad con sus signos quietos.
Este es un fluir en donde ya no estas.




Ud.

No hay pruebas para verificar lo que Ud. Escribe..
Pero yo no quiero decir otra cosa que lo que Ud. Lee.
Tome su desayuno tranquilo, se habituará.
Es posible que se cierre en su propia duda.
Si esto sucede sólo queda esperar su muerte.
Con la muerte a nadie se engaña.
Entonces de qué servirá su duda, qué sentido
tendrán las pruebas que Ud. pide. En el mejor de los casos
puede pensar lo que le venga en ganas.
La humanidad muchas veces ha perdido el rumbo.
Nosotros no.






Labores.

Es claridad, no debo describir el mundo.
La brisa no nombra el bosque.
Todo es a la vez. .Prosigo las labores del día.
El resplandor del fuego en los rostros.
La sombra que torna variables las rocas.
Está encendida la montaña arriba.





Otro mas.

Vas hacia fuera para estar en tu paisaje.
Complacido y se pronuncia impregnado.
Desde estos ojos a mi alegría, esas hojas secas.
Un marco de ventana que encuadra un sol que entra
a esta habitación. El escalofrío de contemplarse
otro mas que no es diferente de sí mismo.




Aseveró.

Rozó espacio y volumen, se dimensionó
en sus ojos la explosión en su mente.
Un mundo aparte de aquí a lo que vivo
de este día. Soy un péndulo y voy
señalando y no me cabe la menor duda,
ahora sobre esta zona del patio.



Inteligencia.

Hay ciertas cosas que no se piensan,
son rastros, quedan como evidencia.
De todas estas cosas tú puedes señalar
alguna diferencia y también elegir
de entre todos esos objetos alguno.
Pero en el fondo o en la totalidad
nada habrás modificado, quitado o aportado.
Y sin ir mas lejos en lo indiferenciado que está
antes del lenguaje hay lo que se ve ver.
y mucho más en la inteligencia que no eres tú.


Observo en lo observado.

He mirado este cielo estrellado esta noche.
Observo en lo observado estrellas esta noche.
Muy por fuera de todas estas cosas otra oscuridad.
En el fondo de mí mismo todas estas noches.
Algo brilla como estrellas ahí en el interior.
En la profundidad de mi noche este cielo estrellado.




Yo soy.

Enumero distintos objetos dispuestos
sobre múltiples superficies dispersas
entre techo y piso.
Sobre el marco de la ventana que da al patio
se reúnen algunos objetos que ahora observo.
No puedo decir por qué quedaron ahí,
o el orden en que fueron llegando.
El patio que veo desde la ventana
puedo darlo por conocido, pero no es verdad.
Hace algunos meses que habito este lugar
pero aún es la costumbre de otra visión
la que me mantiene en este mundo desconocido.
Tengo confianza , nada puede pasar
ya que entre lo insondable de mi propio interior
y esto que observo sentado a esta mesa
hay un acto preferible. Comprendo.
Así sin justificación, sin esperar nada.
Yo soy en este cuerpo apoyado en otra
de las tantas superficies de la habitación.


Luz.

Rehago el camino, la sinuosidad
de ir admirando pero sin pretensión.
Lo dije en otra ocasión y seguí
concentrado al filo de la noche
esta noche de tranquilidad sin registro.
En las pocas estrellas que voy reconociendo,
transportado sobre otra secuencia de hechos.
Dialogué sobre la penumbra, las rocas
el paisaje ciertamente desconocido
y la luz, siempre la luz.

Sale de tus labios.

Estas quieta, yo estoy quieto.
Nadie mas en la habitación.
Ruidos imperceptibles o trizaduras del acto.
Variaciones en el brillo de tu rostro.
El aire es cálido, la penumbra irreal.
Al misterio dices, al asombro asiento.




Performen.

Digo el esplendor del día.
El brillo del sol en las paredes.
La esfera que arde en su luz.
Las hojas movidas por el viento.
El transcurso sonoro ondulante
que envuelve este lento ir
a mojar mis pies al río.




Circularidad.

Otro cuerpo es el planeta
del cual no puedo conocer su circularidad.
Todo me dice que debo ir hacia adentro.
Como voy hacia la luna, el sol.
Llega el sol y se enciende la tierra,
llega la luna y se enciende la tierra.
Estoy adentro del planeta.
Yo estoy adentro en otro lugar.
Yo no puedo conocer mi circularidad.


Pudo ser peor.

Abro la puerta de calle.
Se perfectamente lo que hay detrás.
Todo está exactamente
como lo he visto tantas veces.
Te preguntas, ahí en el umbral.
¿Estas adentro o afuera del mundo?
Vuelvo, cierro la puerta.
Nuevamente abro.
Alguien apunta con un revolver,
pide todo lo que llevo encima.
Pido por mi vida; le doy todo, le dejo adentro.
Cierro la puerta y estoy afuera.
Pienso - pudo ser peor-, aun es la mañana,
hay luz y las montañas están cerca.



Uno.

Son hechos que no están separados
de la superficie de mi ojo.
El cielo y la tierra están tan juntos
que en ningún momento los he visto separados.
El agua y la tierra están contenidos
en el mismo recipiente y el aire,
hasta ahora no he encontrado una grieta
que no permita su continuidad.
Está todo tan compacto
que yo mismo me fundo en lo observado.


Abrir los ojos.

Es un acto de una gran imaginación.
Todos diremos que hay alguien ahí.
Se le da un nombre, se le clasifica;
pero aun así, eso no ha sido tocado.
Flota en un mar de definiciones
y sigue tan oscuro como abrir los ojos y ver
ese gran objeto encendido al que llamamos sol.
Ciertamente que he comenzado a dudar
de todo lo que se nos dice.
Estoy atento porque quiero saber
quién es ese ser que abre los ojos.


Visualizo.

El calor del día sobre los cuerpos.
Los cuerpos encendidos en nuestra cercanía.
El agua torrentosa y uniforme.
Me disponía ,está siendo.
Llegué al bosque.
Sorprendido con toda la gracia que ostenta
lo que por primera vez visualizo aquí.










Una reiteración.

Esfumado. La verdadera visión
son otros hechos, un amaneramiento
en donde la acción está en otra parte.
Sencillamente fue una reiteración
de conductas para otra ocasión.
Fui feliz, me divertí como nunca.
Es una manera de facilitar las cosas,
hacer improbable un desenlace,
saber que nunca estuvimos ahí.




Corrobora.

Sobresaltos que solo importan al autor,
como variaciones sobre un mismo tema
dan al tiempo desde el tiempo lo que es ahora.
Esa montaña que tú no ves pero que está ahí
es la zona que tiene la exactitud de lo que fue
una cita con lo que permanece de ti.
Corrobora a este sujeto que viaja en bus
entre montañas y caminos sinuosos que siguen
cursos de río y nubes como esta postal
ahí en la superficie de la pared.







Fundamental.

Dice que soy un cero a la izquierda.
Le doy la razón y pienso en la muerte,
lo único que no puede ser quitado.
Toda verdad es fundamentalmente bella.
Un silencio del cual no podemos sustraernos.






Paisaje.

Me consuelo como una manera de sentir.
Esto es un desagravio y lo comento porque
qué podemos esperar, es así.
Mas vale estar acariciando
este centro de reconciliación con todo lo que llega.
Y está y este discernimiento expansivo
círculo sin centro. Aquí en el paisaje
la extensión y el silencio.




Una virtud.

A resguardo sin superficie me remito.
La virtud y la consecuencia sin planos.
Permanecí observando mi concentración.
Esperé hasta diluir todo resguardo. Una virtud.
La visión en la novedad de estar ahí en la superficie.
Antes observé y diluí en otra conciencia los ojos.
La exploración de la visión y estaba ahí
el color del día, los brillos de otra inteligencia.




Desde este desconocimiento.

Esta mañana no quiero hacer el detalle
de la gracia del sol y el graznar de estos pájaros.
La confabulación que ejerzo cuando pretexto
a un lector ausente la claridad del día,
argumentando plácido con esta respiración.
Que por supuesto me compromete más aun aquí
en que estoy quieto distinguiendo en mi interior
un sonido, y me place el aire que respiro,
lo abisal, todas las estrellas en el azul.
Y nombro en el texto un nuevo orden de signos,
Exploro siquiera desde este desconocimiento.





Incluidos.

Estoy en esta multitud, la tierra bajo mis pies
el cielo sobre mi cabeza. Es tan fácil
estar aquí, no hay que hacer ningún esfuerzo.
La mente del corazón sigue funcionando, todo
es un dialogo, la multitud es un dialogo.
Estamos incluidos.
Voy a la extensión en todos los sentidos.
El dialogo es alegre y desinteresado, la mente
del corazón en el corazón de la multitud.



Incorporar.

Distintas maneras, otras opciones.
Existe un límite determinado,
cierta condición en que todo está relacionado.
Tengo la certeza sobre algunos fragmentos
de este discurso; da luz sobre su producción.
Puedo provocar resistencia sobre lo que se da por concreto.
Trazo configuraciones y algo que no es, aparece
como efecto y causa de otras superficies,
La reiteración de estos hechos podrá dar por cierto
estas situaciones, de esta manera comenzamos a darnos,
a incorporar ,y en ello algo nos pronuncia.


Siempre es otra cosa.

Creo percibir alguna diferencia.
Yo soy indiferente, mas bien parco
en dar con ciertas palabras
para luego hacer con ellas algo tan simple
como dar crédito a lo que mis ojos ven.
Que en el fondo no puedo transcribir
sin anteponer alguna negación que pondere
no sobre la cosa sino sobre el procedimiento.
Lo que motiva mi malestar e indiferencia
ya que siempre es otra cosa distinta,
y en nombre de esta incapacidad expreso




Estar.

Me he visto por el mismo camino.
También llegar y estar.
No quise intervenir y dejé que continuara.
No hay lugar a donde ir y se está
donde mejor uno sea conciente que está.
La vida todo lo contiene y ahí espero
sin separación en los ojos, en el paisaje.
Sin explicación en la inteligencia que es
lo legible de este texto y me veo
en el brillo de estas hojas.
Un agua vibrante en los álamos encendidos.

4 comentarios:

Andrés González dijo...

Que buenos que espacios como este estén presentes.
Espacios extraviados para poesía extraviada

Andrés González dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Andrés González dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Regina Watson dijo...


...mis pasos me llevan hacia lo desconocido....y me cruzo con estos luminosos poemas, en esta decadente noche de los tiempos....